Las plantas son unas grandes aliadas para combatir el estrés. Según un estudio publicado en la revista científica Journal of Health Pshychology, la jardinería reduce la producción de cortisol, la hormona que segrega el cerebro como respuesta a la tensión. Además, la jardinería es una práctica muy calmada y
meticulosa, por lo que es ideal para evadirse y despejar la mente. Se trata de una afición que aporta tranquilidad y un excelente entretenimiento. Por otro lado, las plantas mejoran el estado anímico, en parte por lo agradables que resultan visualmente y también por la satisfacción que produce verlas crecer y florecer gracias a los cuidados. Hay más: un estudio de la Universidad de Cardiff observó que incorporar la naturaleza en el espacio laboral puede incrementar la productividad y creatividad hasta en un 15%.
Otra gran cualidad de las plantas es que mejoran la calidad del aire y reducen la contaminación. Durante
la fotosíntesis, absorben dióxido de carbono y lo transforman en oxígeno. Sólo durante la noche emiten
CO2, pero en cantidades muy pequeñas, por lo que es un mito que sea perjudicial dormir con plantas en la
habitación.
También absorben la humedad en el ambiente, reduciendo la sequedad y las partículas de polvo. De este
modo, la sensación ambiental es más agradable y ayuda a la apariencia de la piel y mejorar problemas
respiratorios como la tos. Otro beneficio que traen consigo estas amigas verdes es absorber el ruido y la electricidad estática. Aunque sea en una proporción muy pequeña, es un factor a agradecer. Por si fuera poco, en función de la variedad pueden ser excelentes ambientadores cuando dan flores. Otras como el aloe vera tienen muchos usos de belleza y salud. Y en el caso de las especias son un
complemento culinario siempre a mano. Eso sí, ten en cuenta que algunas de las plantas de interior más
comunes son venenosas para los gatos.